miércoles, 3 de noviembre de 2010

El león de Lucerna


La puerta de entrada a la región central de Suiza es la hermosa ciudad de Lucerna situada en las orillas del lago de los Cuatro Cantones.
Tiene muchas atracciones turísticas pero uno de los símbolos es el león moribundo,una enorme estatua que no solo es el símbolo de la ciudad, sinó tambíen uno de los monumentos mas famosos del país.
No se trata de una obra de tamaño natural, ya que está realizada a mas doble del tamaño de un león real.
Mide 6 metros de altura y 10 metros de largo. La obra representa a un león caído, herido de muerte y con el dolor clavado en el rostro,sobre un escudo de la flor de lis de la monarquía francesa y junto a él hay un escudo con el escudo de Suiza.Su nombre en alemán es Löwendenkmal y realmente los sentimientos que expresa la piedra conmueven a los visitantes.
Al escultor danés Bertel Thorvaldsen le llevó 2 años de trabajo lograr la perfección y es una de las esculturas que todavía hoy sigue al aire libre. Y aunque la obra fué diseñada por Bertel Thorvaldsen fué ejecutada por Lucar Ahorn ( Un albañil del sur de Alemania) y el monumento se inauguró el 10 de agosto de 1821.
En la parte superior se puede leer la inscripción Helvetiorum Fidei ac Virtuti  que significa " A la lealtad y la valentia de los Suizos".Además están grabados los nombres de los muertos y de los oficiales de la Guardia Suiza, así como el número de muertos entre los soldados suizos (DCCLX = 760), y el número de soldados supervivientes (CCCL = 350).

La historia de la escultura es la siguiente:

Desde el siglo XVII un regimiento de mercenarios de la Guardia Suiza servían como defensores de la Casa Real francesa. La Revolución francesa estalló en 1789 y el 6 de octubre de 1789 el Rey Luis XVI, su esposa María Antonieta y sus hijos se trasladaron del Palacio de Versalles al Palacio de las Tullerías para protegerse de los revolucionarios. En junio de 1791 Luis XVI trató de huir al extranjero y fue condenado a arresto domiciliario. En la inserrucción del 10 de agosto de 1792, los revolucionarios tomaron el palacio. La lucha comenzó cuando 5 miembros de la Guardia Suiza fueron asesinados ante su capitán, pero la Guardia Suiza logró contener el asalto. Mientras tanto el rey se refugió en la Asamblea Legislativa, donde fue obligado a pedir a la Guardia Suiza que se retirase y volviese a sus cuarteles. El capitán Dürler, que había visto como asesinaban a sus cinco guardias le pidió al rey una orden por escrito (que ha sobrevivido). Cuando el rey se la facilitó, acató la orden y al salir del palacio, indefensos, fueron masacrados sin piedad por los revolucionarios y sus cabezas fueron puestas en picas en las calles de la ciudad. De los 1.000 miembros de la Guardia Suiza que defendían al rey, sólo sobrevivieron unos 300.

Para terminar solo añadir que... ESTOY COMO LOCA POR IRME DE VIAJE!!!!!!!!
TENGO MONO DE VER MUNDO!!!!!
Hasta la próxima churritas!!!

martes, 2 de noviembre de 2010

El hombre que escapó del infieno

Ya que el insomnio hace acto de presencia en mi vida un día más... He decidido de una vez por todas escribir la primera entrada en mi blog.
No sé cada cuando voy a escribir,ni de que hablaré pero aquí están mis primeras letras escritas.
Hoy cotilleando por la web me he topado con la historia del señor Clifford Hoyt y me ha parecido tan curiosa que he decidido que forme parte de mi primera entrada.
Espero que os guste!!!!




En 1999, Clifford Hoyt sufrió un accidente de coche y perdió la consciencia. Al volver en sí, explicó aterrorizado a una de las enfermeras que había muerto y había visitado el Infierno, narrando con terribles detalles la angustia y el dolor de inenarrables torturas. Rechazó tratamiento psicológico y fue dado de alta.

Semanas después, los vecinos de Hoyt se quejaron de música atronadora que procedía de su apartamento todas las noches a volúmenes ensordecedores. El casero entró en la casa, temiendo por su propiedad y ralizó una serie de fotografías. Encontrando a Clifford en semejantes condiciones, procedió a llamar a la policía.

Clifford aseguraba que los demonios le perseguían, que su cuerpo ardía incesantemente si no sonaba música para ahuyentarlos. Solo abandonaba la casa durante cortos periodos para comprar enormes bloques de hielo a los que dormía abrazado para calmar las llamas que consumían ‘su alma’.

Lo doctores atribuyeron el comportamiento de Clifford a daños cerebrales producidos en el accidente. Los análisis no mostraron daño alguno.

Actualmente reside en un centro psiquiátrico de Maryland.

Y con esto y un bizcocho... hasta mañana churritas!!